Esta novela, publicada en 1859, es un clásico de la literatura inglesa del siglo XIX, y pertenece al género histórico.
La acción transcurre en la época de la Revolución Francesa- últimos años del siglo XVIII- y las dos ciudades a las que alude el título son Londres y París.
Es una novela llena de acción, peripecias y dobles identidades, en la que también aparece un claro contraste entre un Londres seguro y tranquilo, y un París sacudido por la Revolución, donde las masas han tomado el poder y la sombra de la guillotina planea por doquier.
Dickens se inspiró en la obra Historia de la Revolución Francesa, de Thomas Carlyle (1837), y escribió una novela llena de humanidad y personajes que sufren por amor y por distintas injusticias: el doctor Manette, su hija Lucie, Charles Darnay o Sidney Carton.
Como telón de fondo está el otro gran protagonista de la historia, que es el pueblo francés oprimido y hambriento hasta tal punto que, cuando estalla, desata un océano de sangre y violencia, que parece asustar al mismo Dickens, quien tal vez escribe esta obra como aviso para que de ningún modo se reproduzcan en Inglaterra los mismos acontecimientos que en Francia...
Son magistrales las descripciones de las condiciones infrahumanas en las que vivían los habitantes de las clases populares de Francia, tanto en el campo como en París, en contraste con el lujo obsceno de los nobles y ricos; así como el retrato de las condiciones en las cárceles de la época o la violencia desatada en las calles, así como el imprevisible final.
De entre los muchos sucesos que hay en la novela, nos gustaría destacar el episodio del barril de vino, al comienzo del capítulo 5, donde sólo el talento de alguien como Dickens es capaz de mostrarnos, en cuatro o cinco páginas, el horror y la miseria que fueron, en última instancia, las causas de la Revolución Francesa y que podrían ser también motivo, añadimos nosotros, de tantas revoluciones que hay pendientes todavía.
Nos parece recomendable la lectura de esta obra para no olvidar que los acontecimientos que sucedieron en Francia a finales del XVIII podrían ¿o deberían? repetirse, salvando las distancias, en el mundo actual.
Por: Antal.
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